lunes, 3 de agosto de 2015

Y por fin el día de ... LA PARTIDA

La noche pasa a la vez lenta y rápida, cosa difícil de explicar pero fácil de suceder, lenta porque tardas en abandonarte en los brazos de Morfeo. Tú cabeza da vueltas pensando en todo, ya habré metido todo, ropa, cosas, cargadores, cables, que no se me olvide el del tablet, mira que si me falta algo y luego piensas bueno en cualquier sitio venden de todo, coño que no me voy a la luna, sólo a Cabo Norte jajajaja, y así se pasa el tiempo y luego sigues con el tema joder que tengo que dormir que tengo por delante 675 kms hasta Cornelis, Joder, joder que ya son las dos de la mañana y sin pegar ojo.
No hace falta que suene el despertador, me despierto como un lince, revisas las cosas.
Me despido de mi amada Dulcinea que entre besos y lágrimas por mi solitaria partida a lejanas tierras del norte, duro es decirla que las etapas son arduas, largas y agotadoras y por lo tanto no puede acompañarle en esta aventura, pero que me espere con alegría y esperanza que como buen caballero le traeré lo prometido. un rayo del sol de medianoche.
Después del último abrazo y el último beso comenzamos la andadura mi fiel escudero Pitxixti (que no se que gruñe por lo bajo de este amo esta como leona triste en celo) y este narrador.
Acomodamos nuestras posaderas en la silla de Rocinante, le susurramos al oído y he ahí que comienza la partida y por consiguiente la aventura....

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